"El hombre de los pies-murciélago", de Sandra Siemens | Resumen


"El hombre de los pies-murciélago" es una novela corta en la que narra la vida de varios adolescentes de 8vo y 9no año de la secundaria. Los personajes son Dolo, Vic, Jazmin y Lara, quienes son  intimas amigas. Se reúnen porque Jazmin recibe un mensaje de Iván Vrest, un chico buen mozo que trae locas a las chicas de la escuela por su actitud y ser el único que tiene y puede manejar un automóvil. Él le dice a Jazmin para dar unas vueltas en su auto con sus amigas y al ir a buscarlas no dejan que Dolo se suba “ya que es una gorda fea”. Eso destruye la autoestima de Dolo. Sus amigas se rien y van con Ivan y sus amigos en el auto. Ella enojada se va a la casa de su abuela afectiva Nana, donde vive con Esper, un niño introvertido que asiste a la escuela con Dolo, quienes fueron muy buenos amigos hasta que se burlaban de ella por hablarse con ese chico. En la casa de nana no había nadie y ella decide matar a una gallina por la bronca de la sutuación con sus amigas.

Esper es un niño que no hace daño a nadie, no sale de su habitación y eso preocupa a su abuela y madre; ella se llama Ceci y vive en Rosario porque trabaja allí. Es una mujer soltera y linda que cambia de novio muy seguido y eso incomodaba un poco a Esper. En la escuela de Esper se organizaba un campamento donde todos asistirían: Ceci no pudo disfrutar del campamento porque de chica estuvo enferma, entonces insiste e insiste a Esper en ir, pero a él no le interesaba el campamento, no quería ir. Los compañeros de Esper, Ivan, Gonza, Feredico y Nicolas planean evitar que Esper vaya al campamento ya que sentían que podía hacer aburridísimo el campamento, entonces planean junto a las chicas (Jazmin, Vic y Lara) destruir su amada bicicleta y extorsionarlo para que no vaya al campamento. Lo hacen, denominándolo “operación martillo”. Ivan y sus amigos interceptan a Esper en la esquina de su casa y con una maza destruyen su bicicleta. Luego le tiran 20 pesos para que la arregle y a la noche le envían un correo electrónico con “instrucciones”, las cuales le pedían que vaya al baño del gimnasio a la tarde donde había un sobre con más instrucciones. Él asiste y en el baño, a la tarde siguiente, Ivan y su banda golpean, maltratan, desnudan, atan de manos y tapan los ojos de Esper, quien ensangrentado puede soltarse y leer el sobre donde decía “No vayas al campamento”. Él, horas después, desnudo, corre hacia su casa, donde Ivan y sus camaradas dejaron tirada en la puerta la ropa de Esper. Él estaba decidido a no ir. Llorando en su cuarto, recibe consuelo del “hombre de los pies-murciélago” (quien en la novela no aclara qué o quién es) quien le pide que no llore, que ya va a pasar y que se bañe y acueste.


A los días siguientes Esper tiene que ir a Rosario a visitar a su mamá. En el colectivo encuentra a Nicolás, amigo de Ivan, quien se sienta obligadamente con Esper. Esper le presta sus arriculares y él los recibe sorprendido. En Rosario, luego de pasear, Ceci (su mamá) le cuenta que tiene un novio motoquero. También le regala una campera térmica muy cara para que no tenga frio en el campamento y él, días antes por teléfono le había dicho que no iría al campamento porque no quería, pero su madre con la campera le insitió y convenció en ir al campamento.

Los amigos de Ivan y él estaban convencidos de que no iría, pero para estar bien seguros, en complicidad con las chicas (incluyendo a Dolo), increpan en el comedor a Esper, le roban su sanguche, los cuatro chicos le escupen dentro del sanguche y lo obligan a comerlo. Todos sus compañeros se enteran y se ríen. El hecho fue informado al director por la abuela de Esper y él advirtió a Iván y a los demás. Furiosos, dedicen hacer un último acto: secuestrar a Esper por lo que dure el campamento. Dolo fue complice: ella llevó en el día del campamento a Esper con Ivan y sus amigos. Ellos lo iban a “acercar” al colectivo, pero lo llevaron a un campo que los padres de Iván eran dueños. Le tapan los ojos, lo encierran en un granero y le dejan en una caja agua con muchas barras de cereal y una carta que procuraba que él no le contaría a nadie del secuestro y lo liberarían cuando ellos volvieran del campamento, una semana después. Fuera del granero había un pitbull que ladró desde el momento en que a Esper lo encerraron en el lugar. Los chicos habían olvidado, por el apuro quizás, de cerrar el candado. Esper tenía miedo de irse del lugar porque el perro parecía muy malo. Cuando junta valor, abre las puertas y corre hacia el tejido que separaba la calle del campo, él no logra llegar ya que el perro lo atrapa y lo muerde por todos lados. Dolo y las chicas, arrepentidas, van al campo donde Esper estaría encerrado y, al ver la terrible escena de Esper demacrado, ensangrentado e inconsciente en el piso y un perro totalmente rabioso a punto de atacarlas a ellas también, llaman a la ambulancia, a los bomberos y a la policía. La novela termina con Esper moribundo en el hospital, su madre Ceci junto a él y un nuevo novio, jazzista, junto a ella: un hombre de traje negro, alto y sin alas en sus pies (ya que le recordaba al hombre de pies-murciélago).

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